Tu que eres libre de pecado, da tal como recibes
Los que son incapaces de pecar dan tal como han recibido. Ve en tu hermano, pues, el poder de la impecabilidad*, y comparte con él el poder que le has concedido para que se libere del pecado. A todo el que camina por la tierra en aparente soledad se le ha dado un salvador, cuya función especial aquí es liberarlo, para así liberarse él a sí mismo. En el mundo de la separación se le asigna esa función a cada uno por separado, aunque todos ellos son uno Solo. Pero los que saben que todos ellos son uno solo no tienen necesidad de salvación. Y cada uno encuentra a su salvador cuando está listo para contemplar la faz de Cristo y ver que Éste está libre de pecado.
Cap 20, secc IV. Parr 5