La llamada
Para ti, que has respondido a la llamada de tu Redentor, la tensión que conlleva no responder a Su llamada parece ser mayor que antes. Pero no es así. La resistencia siempre estuvo ahí, pero se la atribuías a otra cosa, creyendo que era esa "otra cosa" la que la producía. Mas eso nunca fue verdad. Pues lo que esa "otra cosa" producía era pesar y depresión, enfermedad y dolor, tinieblas y vagas imaginaciones de terror, escalofriantes fantasías de miedo y abrasadores sueños infernales, y todo ello no era más que la intolerable tensión que se producía al negarte a depositar fe en la verdad y a ver su evidente realidad.
Cap.17 S.VIII