El recuerdo de Dios
El milagro llega silenciosamente a la mente que se detiene por un instante y se sumerge en la quietud. Se extiende dulcemente desde ese momento de quietud, y desde la mente a la que en dicha quietud sanó, hasta otras mentes para que compartan su quietud. Y éstas se unirán en su cometido de no hacer nada que impida el retorno de la radiante extensión del milagro a la Mente que dio origen a todas las mentes.
¿Ves como se refleja? Ahora recibes un reflejo de tu propia Mente Íntegra. Puesto que el milagro nació como resultado de un acto de compartir, como resultado de un acto de perdón, de un acto de dar, no puede haber ninguna pausa en el tiempo que pueda hacer que el milagro se demore en llegar cuanto antes a las mentes perturbadas, auto-justificadas, mentes perceptivas resentidas, para brindarles un momento de quietud en el que el recuerdo de Dios pueda retornar a ellas. Lo que creían recordar se acalla ahora, y lo que ha venido a ocupar su lugar no se olvidará completamente después. Y cada vez que lo recuerdas, conviertes a tus propias formas de pensamiento tenebrosas y a tus propios antiguos pensamientos de odio cada vez más en el glorioso recuerdo de ese instante donde por sólo un momento pensaste que estabas separado. Y ahora, riéndote desaparece y con júbilo das un brinco al Cielo.
Librito La Realidad de la Resurreccion Fisica