Somos responsables de lo que vemos
Esto es lo único que tienes que hacer para que se te conceda la visión, la felicidad, la liberación del dolor y el escape del pecado. Di únicamente esto, pero dilo de todo corazón y sin reservas, pues en ello radica el poder de la salvación:
Soy responsable de lo que veo.
Elijo los sentimientos que experimento y decido
el objetivo que quiero alcanzar.
Y todo lo que parece sucederme yo mismo lo he
pedido, y se me concede tal como lo pedí.
Capítulo 21