El Amor de Dios es mi sustento
Cada día, y cada minuto de cada día, y en cada instante de cada minuto, no haces sino revivir ese instante en el que la hora del terror ocupó el lugar del amor. Perdona el pasado y olvídate de el, pues ya paso. Has seguido adelante y has llegado hasta el mundo que yace ante las puertas del Cielo. Nada se opone a la Voluntad de Dios ni hay necesidad de que repitas una jornada que hace mucho que concluyó.