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Lectura del mes

La verdad te llama constantemente

Dios estableció Su relación contigo para hacerte feliz, y ninguna cosa que hagas que no comparta Su propósito puede ser real. El propósito que Dios adscribió a cada cosa es la única función que tiene. Debido a la razón que Él tuvo para crear Su relación contigo, la función de las relaciones se convirtió para siempre en "hacer feliz". Eso es todo. Para satisfacer esta función te relacionas con tus creaciones del mismo modo en que Dios se relaciona con las Suyas. Pues nada que Dios haya creado puede estar excluido de la felicidad, y nada que Él creó desea otra cosa que extender felicidad tal como su Creador lo hizo. Lo que no satisface esta función no puede ser real.

En este mundo es imposible crear. Pero sí es posible hacer feliz. He dicho repetidamente que el Espíritu Santo no quiere privarte de tus relaciones especiales, sino transformarlas. Y lo único que esto significa es que Él reinstaurará en ellas la función que Dios les asignó. La función que tú les has asignado es claramente que no sean fuentes de felicidad. Pero la relación santa comparte el propósito de Dios, en lugar de tratar de inventar otro para que lo substituya. Cada relación especial que has entablado es un substituto de la Voluntad de Dios y glorifica tu voluntad en vez de la Suya debido a la ilusión de que son diferentes.

Has entablado relaciones muy reales incluso en este mundo. Sin embargo, no las reconoces porque has hecho que sus substitutos predominen de tal manera que, cuando la verdad te llama -como constantemente lo hace- contestas con un substituto. El propósito fundamental de cada relación especial que has entablado es mantener a tu mente tan ocupada que no puedas oír la llamada de la verdad.

En cierto sentido, la relación especial fue la respuesta del ego a la creación del Espíritu Santo, Quien a Su vez fue la Respuesta de Dios a la separación. Pues aunque el ego no entendía lo que había sido creado, era consciente de una amenaza. Todo el sistema defensivo que el ego desarrolló para proteger la separación de los avances del Espíritu Santo, fue en respuesta al regalo con el que Dios la bendijo, Quien, mediante Su bendición, permitió que se subsanase. Esta bendición encierra dentro de si la verdad de todo. Y la verdad es que el Espíritu Santo mantiene una estrecha relación contigo porque en Él tu relación con Dios queda restaurada. Tu relación con Él jamás se ha roto porque desde que se produjo la separación el Espíritu Santo no ha estado separado de nadie. Y gracias a Él todas tus relaciones santas han sido cuidadosamente preservadas para que sirvan el propósito que Dios te dio.

Cap. 17 S.IV

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