Prólogo a el final del tiempo
Se trata de los sucesos milagrosos que están ocurriendo según nos reunimos
Muchos de ustedes compartiendo la coyuntura de la iniciativa de esta página web se han lanzado o van a decidir ahora a lanzarse hacia el camino de una transformación espiritual. Es imposible que algo te pueda suceder accidentalmente. Tenemos la gran expectativa de que esta revista haya abierto una posibilidad total y nueva, anteriormente rechazada o aparentemente inverosímil, de lograr un contacto directo con la energía eternamente creadora de la Mente Universal. El que hayas entrado en contacto con la Mente de Dios, la cual, después de todo, es meramente tu herencia natural. Y el que te sientes acosado con el dilema misterioso, amenazante e inescapable de tener una experiencia espiritual que no tiene absolutamente nada que ver con este mundo, aun menos con este tiempo y lugar. Esta nueva realidad no tiene nada que ver con el mundo ilusorio que te rodea. De hecho, de ese mismo mundo es que tú te vas a escapar y del cual ya te escapaste.
Aunque para muchos, esto ha llegado a ser un acontecimiento increíblemente dichoso. No sientas temor a ser abruptamente elevado y lanzado a la realidad.
El tiempo es benévolo y si lo utilizas en favor de la realidad, va a ser gentil contigo durante tu transición. Lo único que apremia es el liberar a tu mente de la posición fija que ha asumido aquí. Esto no va dejarte perdido ni sin un marco de referencia. El periodo de desorientación que precede la transición es mucho más corto que el tiempo que le tomó a tu mente establecer una posición firme basada en ilusiones. Permitamos que esa liberación sea una aventura positiva e inspiradora en vez de una experiencia temerosa por la pérdida de tu contención personal.
En este lugar de obscuridad y caos que consideras tu hogar, la realidad debe verse como una continua revelación. Quizá sea ésta la primera vez que te expones al agente catalizador energético que es una completa disposición para la conversión de tu identidad temporal. Estos son los Grandes Rayos o destellos de luz emanando de mentes unidas que se extienden al tener la meta común de despertar.
El material que aquí se presenta puede evocar muchas reacciones las cuales fluctúan entre una viciosa y ciega negación, a sagaces intentos sin significado hacia una interpretación, cambios emocionantes y dramáticos de auto conciencia, y para muchos de ustedes, la fundamental re asociación del tiempo en el propio reconocimiento que es el fenómeno de transfiguración de luz del cuerpo que resucita según te encuentras por un momento ante las puertas del cielo.
Sencillamente pregúntate esto y todo se te concede:
Será que estoy solo en el universo, volviendo a repetir
una y otra vez una existencia de miedo, dolor y muerte la
cual es tan solo mi pesadilla personal de separación
Ó
Será que soy tal como Dios me creó, morando feliz eternamente
en el cielo donde realmente estoy y donde siempre he estado.
No te des por vencido soñador de la muerte, vive cada instante
con esta simple certeza acerca de la verdad del asunto.
¡Dios es un hecho!