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Emails de lecciones

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Llegando a conclusiones acerca de la luz

Soy responsable de lo que veo

¿Estás listo a pasar cincuenta y siete minutos más conmigo? Quiero expresarte mi gratitud, le hablo a todos los seres humanos en esta pequeña bola de lodo de la nada, la cual es parte de la idea de que el tiempo pudiera haber durado un poco más de un instante en tu sueño de muerte. El problema que tengo siempre con lo que denominamos “maestros avanzados” es la necesidad fundamental de tu admisión de, digámoslo juntos: Soy responsable de lo que veo. Elijo los resultados que quiero obtener, y todo lo que me sucede, en consecuencia, es lo que deseo y lo recibo como tal.

Declarar como mente conceptual la posibilidad de poder llegar a la inevitable aceptación de ser tú mismo la causa de lo que ves, es lo que te hace avanzar con respecto a la idea de tener un alternativa total disponible.

Por eso es que al comenzar esta segunda hora, dimos una mirada a tu aceptación de que es absolutamente inevitable que perdones lo que parecen ser asociaciones objetivas que se encuentran en tu mundo, sencillamente porque, a pesar de que parezcan estar atacándote, ¿puedes prestarle atención a esto? Dime: “Me estoy atacando a mí mismo”. Sí, ya lo viste.

Bueno, utilicemos al Viejo nuevamente, recuerda, alguien conocido como el Maestro de maestros que tiene setenta y seis años. Mientras puedas mantener el símbolo de una distancia entre nosotros, con una identidad para cada uno, puedes insistir en mi participación en la ilusión de la idea de identidades en cuerpos separados, y tener entonces la experiencia de verme a mí y a otros muriendo en ese parámetro. En alguna parte en el tiempo, estás llegando a la conclusión debido a tu dedicación, de que ya que esto no es la vida, lo que aparentemente muere nunca fue real. De manera que la lectura al comienzo de este video decía sencillamente que la vida eterna no solamente no tiene nada que ver con el espacio/tiempo, no tiene nada que ver con el comienzo o final del tiempo, sino que en realidad solamente tiene que ver con todo. Ahora, ¿puedes llegar a la conclusión de que lo eres todo? ¿No crees que vas a necesitar un poco de mi ayuda con respecto a poderte demostrar que cada decisión que tomas en tu formulación de espacio/tiempo es literalmente ilusoria, y no verdadera? De tal manera que en algún lugar dada tu adicción a lo que acostumbramos llamar la muerte, tu necesidad de defenderte dentro de un parámetro mental, has finalmente decidido dentro de las posibilidades que te adjudicas, que debe haber otra solución.


Hemos regresado al procedimiento de permitirme, en lo que aparentemente se ha establecido como un maestro avanzado, a enseñar dentro del contexto de un programa de estudios acerca de la necesidad de, ¿me estás escuchando? - una continua y activa re asociación de lo que pienso que soy. Por eso es que se llama Un Curso de Milagros. Esa es la razón por la que es un curso obligatorio. Te vi esta mañana, alguien está enseñando conceptos que tienen que ver con el Curso de Milagros, como si los conceptos del Curso de Milagros no tuvieran nada que ver con lo que el Curso de Milagros es. Obviamente, es una negación de la necesidad fundamental de aceptarte a ti mismo tal como eres en verdad, porque al aceptarte tal como verdaderamente eres, en lo que nos ofrecemos en momentos de correspondencia instantánea, se encuentra lo que hemos estado buscando en el universo y lo que sabemos que vamos a encontrar.

Quizá quieras prestarme atención, en mi certeza de que la forma como te has constituido siguiendo tus conceptos en el espacio/tiempo no es más que un minúsculo momento de la idea de obscuridad, y es imposible que entre todo lo que tu mente te muestra alrededor tuyo no se encuentre la solución total acerca de lo que debes ser, porque en verdad ésta está a tu alrededor. Y tú vives aterrorizado. ¿Te acuerdas cuando enseñamos que un momento de terror tomó el lugar del amor? Y entonces estás absorbido por una formulación que obviamente no puede ser lo que eres. ¿Me vas a escuchar? En la idea que tienes acerca de un proceso de razonamiento en tu mente, y ahora voy a enseñar por unos minutos, la idea de tú no saber lo que eres resulta ridícula.

Sin embargo, tu idea acerca de un proceso de razonamiento, las opciones que estableces con respecto a lo que piensas que eres, vamos, tú humano, dentro de tu condición mental humana, es imposible que obtengas un resultado que no sea el de esa mente. Porque el proceso de razonamiento que utilizas para intentar identificarte en este pequeño lugar de espacio/tiempo, es literalmente la razón por la que te encuentras aquí, porque cada vez que eliges una opción relacionada con lo que piensas que eres, la necesidad de volver a escoger puede o mostrarte un mejor reflejo acerca de lo que piensas que eres, o te puede llevar aún más a la idea de intentar defenderte partiendo de la premisa de no ser íntegro y perfecto tal como fuiste creado.

Hay una parte del Curso de Milagros que te iba a leer, esto viene del Salvador, Jesús, que dice que cada uno de nosotros como factor de contención tiene que finalmente llegar a la idea de que hay otra alternativa que puede estar disponible la cual no forma parte de la referencia que nos hemos adjudicado. Se trata de la admisión fundamental de que vas a mantener el concepto que tienes de ti en una deliberada demostración de separación tal como el poder de tu identidad lo ha organizado mientras tú quieras que sea cierto. Alguien que lo mire desde una concepción verdadera ¿podría considerar que eso no tiene significado? Claro que sí. Es que no tiene ningún significado. No solamente eso, sino que tú sabes que no tiene significado alguno. De manera que la dicha que experimento en términos prácticos no viene de tu examinación del Curso de Milagros, sino ¿de qué?- de que tú te examines a ti mismo, comenzando con la seguridad de que vas a ser responsable de lo que ves y que estás recibiendo los resultados que elegiste. Escucha.

Somos responsables de lo que vemos

Hemos repetido cuán poco se te pide para que aprendas este curso. Es la misma pequeña dosis de buena voluntad que necesitas para que toda tu relación se transforme en dicha; el pequeño regalo que le ofreces al Espíritu Santo a cambio del cual Él te da todo; lo poco sobre lo que se basa la salvación; el pequeño cambio de mentalidad por el que la crucifixión se transforma en resurrección. Y puesto que es cierto, es tan simple que es imposible que no se entienda perfectamente. Lo puedes rechazar, pero no es ambiguo. Y si decides oponerte a ello, no va a ser porque sea incomprensible, sino más bien porque ese pequeño costo parece ser, a tu juicio, un precio demasiado alto para pagar por la paz.

Te voy a amenazar por un momento. Independientemente de lo que hagas, no estés dispuesto a dejar el concepto que tienes de ti porque perderás el valor que le das a la soledad, la separación, el dolor, la pérdida y todas las cosas que utilizas para darte valor en ideas sobre, ¿estás listo? – lo que no eres. De manera que lo que vamos a leer ahora relacionado con el reconocimiento de la auto-responsabilidad es el asunto que vamos a mirar. Recuerda esto: esa decisión que ves ahí afuera tomada por un ser humano la estas tomando tú. Escucha.

Esto es lo único que tienes que hacer para que se te conceda la visión, la felicidad, la liberación del dolor y el escape del pecado. Di únicamente esto, pero dilo de todo corazón y sin reservas, pues en ello radica el poder de la salvación:

Soy responsable de lo que veo.
Elijo los sentimientos que experimento
y decido el objetivo que quiero alcanzar.

Y todo lo que parece sucederme yo mismo lo he pedido,
y se me concede tal como lo pedí.

No te engañes por más tiempo pensando que eres impotente ante lo que se te hace. Reconoce únicamente que estabas equivocado, y todos los efectos de tus errores desaparecerán. Es imposible que el Hijo de Dios pueda ser controlado por sucesos externos a él. Es imposible que él mismo no haya elegido las cosas que le suceden. Su poder de decisión es lo que determina cada situación en la que parece encontrarse, ya sea por casualidad o por coincidencia. Y ni las coincidencias ni las casualidades son posibles en el universo tal como Dios lo creó, fuera del cual no existe nada. Si sufres es porque decidiste que tu meta era el pecado. Si eres feliz, es porque pusiste tu poder de decisión en manos de Aquel que no puede sino decidir a favor de Dios por ti. Éste es el pequeño regalo que le ofreces al Espíritu Santo, y hasta esto Él te da para que te lo des a ti mismo. Pues mediante este regalo se te concede el poder de liberar a tu salvador para que él a su vez te pueda dar la salvación a ti.

La idea de que pudieras tener una asociación conceptual relacionada con la totalidad de lo que eres no es otra cosa que una clara admisión de que literalmente cualquiera que se encuentre frente a ti puede en realidad ofrecerte toda la solución, ¿me estás escuchando? –porque cualquiera que veas frente a ti es tú mismo. Y no es posible que de él negarte, de alguna manera tú no estés determinado a examinar dicha negación en vez de simplemente aceptarla por completo, ya que la negación que él hace de ti es la tuya propia.

Vamos a mirar conceptualmente la posibilidad de que en este momento la puerta al reflejo de tu identidad de luz se encuentre abierta. ¿Vas a ser razonable? Hay una gran frase que es parte de una de las viejas ideas de Master Teacher que dice que puedes llegar a conclusiones acerca de la luz; que cada conjetura que haces acerca de un opción que eliges con respecto a ti puede conllevar una experiencia de mayor poder en tu mente sencillamente porque al hacerlo ejerces el poder de la vida eterna, -la cual es la fuente singular de todo lo que existe- en la idea de una secuencia de sueño en el tiempo la cual te ha llevado a regresar dentro de un marco de tiempo al lugar donde empezaste.

Nuestro Curso de Milagros, el programa de estudios de lo ineludible que es el incluirse a uno mismo, no puede elegir por ti el momento en que decides utilizarlo, pero te puede ofrecer, de manera continua, aquí y ahora, el tener otra opción disponible dentro de un marco de tiempo, de tal manera que la perspectiva de continuar buscando asociaciones objetivas acerca de ti ya no te resultarán atractivas.


Has decidido tener un poco de misericordia conmigo por mi determinación como maestro de Dios de haber mirado el concepto que tienes de ti y decirte que no tiene significado. Libera tus defensas en nuestras ideas y le demostraremos a nuestra nueva asociación la convicción con la que nos hemos autorizado a sufrir todo lo que ocurre en este mundo, y en cada momento en el que liberamos dicha defensa nos reconocemos.

Nuevamente, te doy las gracias por dejar de proyectar la idea de la certeza que tengo acerca de quién eres. Ahora vamos a compartir una realidad singular partiendo de nuestra convicción de que ésta proviene de Dios, de nuestra fuente de todo el universo al cual es imposible que no pertenezcamos. La dicha que experimentamos en la conversión de la forma corporal va a ser siempre lo que hemos estado buscando desde el principio y el final del tiempo. De manera que lo que estamos viendo juntos, en este preciso momento, es lo que existía antes de que todo el asunto empezara y tal como va a ser cuando finalice; el cual ha colapsado en un momento de energía de amor que estamos experimentando juntos ahora.

Fragmentos de:
Recordando el sueño de una canción olvidada.
Eres responsable de despertar de este sueño de muerte. Episodio II

con el Maestro de maestros de Un Curso de Milagros

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