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Emails de lecciones

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De la adicción a la revelación

El colapso de la secuencia temporal de la percepción

Una aplicación terapéutica a tus propias construcciones perceptuales… Estoy utilizando aquí la palabra terapia en el sentido de que tú estés enfermo y te puedas mejorar. ¿Lo puedes ver? Obviamente, esto comienza aceptando la enfermedad la cual es lo que la mente perceptual es. La mente perceptual dice, “Estoy enfermo porque no estoy completamente feliz con mis circunstancias, me siento afligido, buscaré una solución.” ¿Es o no verdad? Eso es lo que hace, buscar una solución.

Esto ha sido aceptado por todos, y tendremos entonces una reunión corta y privada hoy, porque sé muy bien que hay una terapia que está siendo aplicada a tu asociación, digamos, a la manera de pensar con la que viniste aquí como lo que consideras es un ser humano. Estás buscando la felicidad. Es imposible que no estuvieras haciéndolo porque la condición que buscas dentro de tu asociación es la de la felicidad. Esto no es difícil. Ni algo por lo que haya que llorar, es una declaración de la verdad.

Entiendo perfectamente bien que buscas un alivio de la asociación en la que te encuentras con tu propia identidad. ¿Qué otra razón tendrías para estar aquí si no estuvieras haciendo eso? Sé muy bien que eso es lo que estás haciendo. ¿No es así? En cierto modo, esto es una terapia. De manera literal, “¿Qué puedo hacer, o encontrar, o tener, o ser que me pueda hacer feliz, que me haga sentir contento, que haga que me sienta feliz conmigo mismo y con las cosas que me rodean?” En ese sentido, la mente perceptual siempre es ¿qué? Un mecanismo de resolución de problemas. ¿No es así? Nota lo sencillo que es esto. Y tiene que ser así porque la mente perceptual considera que ella misma es una asociación de juicio temporal en una condición continua de estar buscando solución a su enfermedad, o su necesidad de existir. ¿No es así? Eso es lo que la mente está haciendo, y lo que va a hacer. Y es imposible que no lo haga porque eso es lo que ella misma es. Es una asociación con el pensamiento.

Ahora, ¿puedo enseñar que de lo que esto se trata es de una asociación con los pensamientos que uno tiene? Eso es lo que el Curso de Milagros es. Empieza admitiendo que se trata de la asociación con los pensamientos que uno tiene y que lo que uno hace es reaccionar en un método que verifica la condición en la que uno se encuentra. En esto consiste su enseñanza fundamental, vayamos al programa de los 12 pasos. Consideremos una mente que siente el dolor de su existencia hasta el punto de no soportarse a sí misma. Esto, es de paso, verdadero para toda percepción humana. Entonces llevémoslo a una forma de adicción en la que para encontrar alivio al dolor que siente por estar infeliz debido al dilema en el que se encuentra, se droga. Usa cocaína, toma alcohol, hace cualquier cosa porque sencillamente no sabe qué hacer con el dolor.

Obviamente, esto le resuelve el problema momentáneamente porque no se dirige al asunto sino que se escapa de él en esa asociación. Ahora, a estas alturas no necesito dirigirme a esta conciencia con respecto a la certeza a la que llegué por una revelación de que precisamente en eso consiste la condición humana. La condición humana no es otra cosa que una adicción a una solución temporal para un problema que no tiene solución. Sin embargo, en cada momento el problema parece tener solución, y el método para resolverlo es una adicción a la asociación que tienes contigo mismo. Es imposible que no sea así.

El consejo que se da cuando hay falta de control con respecto a una adicción a un sedante es que hay que reconocer que uno no puede superar el dolor mientras continúe sedándose. Literalmente eso es lo que se hace. En ese sentido, enseñamos que el problema no tiene solución. La manera como orientamos la asociación para esto es ésta: Tú mismo eres la causa de tu problema. Cualquier terapia que no se dirija a la asociación primaria, que lo que la gente te está haciendo no es lo que causa tu dolor, que el dolor viene de como tú reaccionas a ellos, y a mí me parece que no hay nadie aquí que tenga problemas con esa aseveración, de ahí entonces se establece un parámetro de defensa propia en la que al menos te sientes dispuesto a asumir la admisión de que en cualquier momento el problema se puede resolver si logras de alguna manera liberar de tu mente la idea que tienes acerca de lo que el problema es, en vez de atacar lo que sucede o defenderte de ellos.

Tiene que haber otro poder que pueda resolver el problema, voy a dirigir mi voluntad hacia a ese poder y entonces se resolverá. Obviamente, eso es lo único necesario si la conciencia se puede dirigir hacia su propia certeza evolucionando hacia el hecho de que él mismo no puede resolver el problema. Aquí tenemos entonces Un Curso de Milagros. Sencillamente, puedes ver que a lo que hemos llegado, de manera razonable, es a “Yo no puedo resolver el problema, no me preocupa el no poderlo resolver, ahora entonces, puedo admitir que es que el problema no tiene solución. Esto me hace sentir muy feliz.”

De hecho, lo que ocurre es que, y lo llevaré a diferentes niveles, la mayoría de las asociaciones que digamos, toman terapia para la adicción, que llegan al punto de reconocer que el problema no tiene solución, van a tener una experiencia reveladora en su conciencia. Esto casi es verdad literalmente porque tal y como el Curso lo enseña, lo que evita esta revelación es la asociación perceptual que tiene la asociación consigo misma en un marco de tiempo. ¿Lo puedes ver? Es imposible que no sea así. Si yo entrego mi vida y mi voluntad al cuidado de Dios, “no soporto esto, ya no lo puedo hacer más,” obviamente voy a tener que tener esa experiencia.

Aquí vemos la clave de todo esto, estoy hablando como mente íntegra. Según continúas teniendo estas experiencias, por medio del dolor que sientes reconociendo que el problema no se puede resolver, vas a completar tu proceso de maduración hacia la integridad de tu mente. En la medida en que esto no trae una revelación, o mantienes la tensión de una satisfacción contigo mismo, esto es, piensas que el problema todavía se puede resolver en una asociación de tiempo, vas a experimentar una experiencia de tiempo/de muerte. Esto es, literalmente vas a querer mantenerte en tu propio cuerpo, y envejecer para luego morir. ¿Encontraste la solución? Por un momento obviamente, la has encontrado.


Si crees que yo te voy a resolver el problema en la forma como quieres que se resuelva, buscarás un terapista cuyo enfoque hacia el problema coincida con el tuyo y que vea la misma solución que tú ves. Éste literalmente te enseña en la medida en que estés dispuesto a escuchar la respuesta. Ahora, si vienes a donde mí y me dices “Bueno, tengo este gran problema, éstas cosas que no tienen que ver conmigo me acosan, y parecen estar causando esto y aquello, ya no lo puedo soportar más, yo odio esas cosas, odio este mundo y me voy a matar”, en ese momento, ¿te miro a los ojos y te digo que tú eres la causa de tus problemas? Eso, es un hecho, ¿no? Te lo estás haciendo a ti mismo. Independientemente de lo tentado que te sientas a creer que hay algo fuera de ti que causa las cosas, tú eres la causa en tu mente, y el dolor que te causa te produce cierta satisfacción al continuar con tu determinación de mantener tu propia identidad.

Esa es la declaración de algo que es un hecho. No estoy seguro de que esto ayude a la conciencia en ese momento. ¿Por qué? Su dolor es “un hecho”. Cuando Jesús considera esto en el curso dice que estamos en un lugar demente, que se convierte “de hecho” en algo demente. ¿Lo puedes ver? Se encuentra encerrado en sí mismo y confirma lo que es continuamente en esa asociación. Esa es la razón por la que la revelación es necesaria, o el entregar tu voluntad y tu vida al cuidado de Dios, con la admisión de que el problema no tiene solución.

Mi consejo sería decirte que tú mismo eres la causa de todo tu dolor. No es lo que la otra gente te hace, es la manera como reaccionas a la situación. Esa declaración es un hecho. ¿Es posible atender el problema específico ahora? El admitir que el problema no tiene solución en esta nueva asociación de tiempo, y estoy hablando ahora acerca de mí, va a motivar una revelación. Voy a introducir la palabra “rendirse” aquí. Te voy a decir simple y llanamente partiendo de una profunda experiencia de dolor intenso, que el problema no tiene solución. Me has pedido en tu asociación de forma de pensamiento que yo lo enfoque en esa dirección, y te voy a dirigir hacia ello.

La diferencia que existe entre tu mente y la mía es la misma que existe entre el tiempo y la eternidad. Tú crees que ese problema que te acosa puede resolverse en el tiempo por medio de una continua reasociación de lo que eres. Yo te aseguro, desde la eternidad, que este problema solamente se puede resolver ahora mirando directamente la asociación que tienes contigo mismo, admitiendo que esas asociaciones se encuentran en tu mente y que puedes resolver el problema liberando la necesidad del conflicto de tu propia identidad.


De alguna manera estoy admitiendo en nuestras identidades temporales que esto toma tiempo, ¿no es así? La pregunta que entonces puede surgir es, ¿y cuánto tiempo toma? El tiempo que toma lo determina la asociación de conciencia en la dirección que asume en su identidad con sus asociaciones consigo mismo. ¿Por cuánto tiempo va a utilizar como guía las proyecciones de su mente que se asocian a su yo? ¿Cuánto tiempo? Te voy a dar la respuesta. Tiene tan solo un momento. Pero el tiempo es un invención de la mente perceptual, o la distancia entre el problema que él mismo es y la solución que cree que puede encontrar.

Recuerda que ninguno de los dos es real: ni el problema ni la solución. Quizá ahora quieras mirar esto. Esto te va a hacer sentir bien, espero. Obviamente, todo en el mundo excepto esta asociación confirma la realidad del problema. Sin embargo, esa es la asociación que más temes, porque conllevaría la tajante admisión de que la manera como te has constituido en la asociación en el tiempo no tiene valor alguno. ¿No es así? Eso es todo lo que enseño, que no hay valor en ti. Qué valor pudieran tener el asesinato, la enfermedad, el dolor, la muerte, y todas las cosas a las que estás determinado a asociarte en tu propia mente. A lo que te dirijo es que al tú estar funcionando en tiempo secuencial perceptual le das a todo esto el valor que tiene –estoy enseñando directamente lo que dice el Curso de Milagros, ¿no? Le estás dando a todo eso todo el valor que le quieres dar para mantenerlo en una asociación de adicción y tener la necesidad de operar bajo las leyes del hombre en vez de bajo la certeza de la voluntad de Dios.


De manera que traigánme sus problemas, ustedes que se sienten agobiados y los dirigiré a la certeza de que, no se trata de la manera como reaccionan al problema, se trata de la manera de verlo partiendo de la verdad de la certeza de ustedes mismos ser la causa de esto, y entonces empezamos la terapia. ¿Les parece? Miren a ver qué les parece esto.


Fragmentos de
Al no tener solución, el problema desaparece - “Disfruta tu terapia”
de la Serie Transformativa

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