En esta temporada (Navidad) en la que se celebra el nacimiento de la santidad en este mundo, únete a mí que me decidí en favor de la santidad en tu nombre. Nuestra tarea conjunta consiste en restaurar la conciencia de grandeza en aquel que Dios designó como Su anfitrión. Dar el don de Dios está más allá de tu pequeñez, pero no más allá de ti. Pues Dios quiere darse a Sí Mismo a través de ti. Él se extiende a Sí Mismo desde ti hacia todo el mundo, y más allá de todo el mundo hasta las creaciones de Su Hijo sin abandonarte.
En la eternidad, ni el tiempo ni las estaciones del año tienen significado alguno. Pero aquí, la función del Espíritu Santo es valerse de ambas cosas, mas no como lo hace el ego. Ésta es la temporada en la que se celebra mi nacimiento en el mundo. Más no sabes cómo celebrarlo. Deja que el Espíritu Santo te enseñe, y déjame celebrar tu nacimiento a través dé Él. El único regalo que puedo aceptar de ti es el regalo que yo te hice. Libérame tal como yo elijo liberarte a ti: Celebramos la hora de Cristo juntos, pues ésta no significa nada si estamos separados.
Un Curso de Milagros - Capítulo 15